Ada Colau continúa con su discurso. A pesar de que los datos confirman que la tendencia de la delincuencia en la ciudad de Barcelona alcanza los niveles más preocupantes de su historia, la alcaldesa afirma que todo se trata de un ataque político contra ella. Ha criticado duramente tanto a Partido Popular como a Ciudadanos por considerar la ciudad «un desastre y un caos».
Además, la alcaldesa ha animado a censurar lo que ocurra en la ciudad. «No debemos permitir que haya quien quiera hacer una campaña electoral permanente«. Pero lo más serio, es que siga negando los hechos, a pesar de que estén costando vidas humanas. «No hay una crisis de seguridad» ha afirmado Colau. Sin embargo su versión no se sostiene. Ni siquiera sus votantes confían en lo que dice, y es que las cifras son muy claras. Si 2018 ya supuso un aumento de los delitos violentos que era con creces el más alto de toda España, en la primera mitad del 2019 los delitos violentos han vuelto a crecer por encima del 30%.
El Ministerio del Interior ha confirmado estos datos. Por mucho que Colau trate de culpar a diversos partidos sobre la imagen que dan de Barcelona, quienes delinquen no forman parte de ningún partido. Y son los barceloneses quienes están sufriendo las consecuencias de la falta de compromiso de Colau con la seguridad de su ciudad.
Es urgente que se dote de medios a la Guardia Urbana para que las calles de Barcelona vuelvan a ser seguras. Además, también debe ser trabajo de la Justicia endurecer las penas para hurtos y delitos menores, que también se están disparando.