Pablo Iglesias afronta las nuevas elecciones como una gran incógnita. Además de la gran fuga de votos que pueden marcharse hacia el PSOE, ahora tiene que afrontar un nuevo problema de la mano de Compromís. El partido valenciano ya ha anunciado que se unirá al proyecto de Más Madrid con Íñigo Errejón, dejando de lado a Podemos.
A pesar de que Mónica Oltra se mostró en todo momento partidaria de continuar la coalición con Podemos, otros líderes de su partido han optado por cambiar de rumbo político. El partido de Errejón mantiene un discurso menos revolucionario que el partido de Iglesias y Montero, y posiblemente en Compromís hayan valorado negativamente la falta de liderazgo de la actual coalición en las negociaciones con Pedro Sánchez.
Este cambio perjudica a ambas formaciones, que ahora tendrán que dividir sus votos en la Comunidad Valenciana, lo cual podría repercutir en regalar algún escaño a otros partidos. Un problema similar tiene Iglesias en Andalucía. Teresa Rodríguez, a pesar de no haber salido definitivamente de la formación morada, también desea ir por libre en las nuevas elecciones, con el nombre de Adelante Andalucía.
La líder de Podemos en Andalucía ya ha mostrado en varias ocasiones su descontento con la directiva nacional del partido, y este nuevo pulso podría debilitar aún más su relación. Sin embargo, esto parece sólo el comienzo de los problemas para Podemos. Toda la izquierda parece decidida a arrebatarle a parte de su electorado, y esto podría suponer el fin de un partido que llegó a poner en apuros al PSOE hace tan sólo tres años. Los tiempos del «sorpaso» ya quedan demasiado lejos.
Otra situación similar se da con Equo. El partido ecologista está consultando con su militancia de que mano acudir a las elecciones. Si finalmente eligen a Errejón como compañero de viaje, Iglesias perderá a otro de sus apoyos a nivel nacional, que sin duda perjudicará aún más sus intereses electorales.
La pérdida del espíritu de cambio en Podemos, donde cada vez menos gente continuaba creyendo en el proyecto, ha creado un aura de pesimismo alrededor de los nuevos comicios. Todo empezó con la compra del chalet de Pablo Iglesias. 600.000 euros que llenaron de rabia a muchos de sus votantes, que se dieron cuenta en ese mismo momento de que todo el discurso de su líder se había ido por el sumidero para unirse a la famosa «casta» que tanto criticaban en todos los demás.
Un partido que se considere español no puede ir en contra de España.
Todo se paga en la vida.
ADIÓS PABLITO.