Dinamarca planea enviar a una isla a todos los inmigrantes ilegales a los que no puedan deportar. El islote que han elegido es Lindholm, situado al sureste del país, y donde actualmente se investigan enfermedades infecciosas para animales. Allí irán a parar todos los inmigrantes a los que se les rechace su petición de asilo y los que hayan cometido algún delito.
La isla empezará a funcionar a partir de 2021, ya que se deberán hacer bastantes labores de limpieza y se instalarán medidas de seguridad. Se calcula que la inversión necesaria para llevarla a término será de unos 100 millones de euros, y será aprobado en los presupuestos de 2019.
El centro de internamiento contará con cien plazas, y aún no ha sido construido. Actualmente ya existe un centro similar en la península de Jutlandia, pero en los últimos meses la delincuencia no ha parado de crecer a consecuencia de los internos del centro, de modo que los más peligrosos irán a parar a Lindholm.
La vigilancia correrá a cargo de la policía y de las autoridades penitenciarias. No obstante, puesto que los allí internos no estarán detenidos, las autoridades pondrán a su disposición un transbordador para viajar a la localidad cercana de Kalvehave, aunque si que tendrán que pasar la noche en la isla.