El Liverpool ha callado a los aficionados separatistas del Barcelona. Todos ellos estaban convencidos de que su equipo jugaría la final de la Champions League, pero tras el ridículo cosechado por el club azulgrana, será el club de Anfield quien dispute el partido en el Wanda Metropolitano.
El Barcelona dejó escapar una eliminatoria que tenía prácticamente ganada. Pese a llegar al partido de vuelta de las semifinales con una ventaja de 3-0, se dejó remontar al recibir cuatro goles en el templo del fútbol británico, Anfield.
Esta goleada ha impedido que los separatistas, que ya tenían en mente ofrecer un espectáculo lamentable en las gradas del Wanda Metropolitano en favor de los golpistas encarcelados y de la independencia de Cataluña. La UEFA iba a prohibir toda pancarta política, pero pese a ello, los aficionados separatistas tenían decidido convertir un espectáculo deportivo en un patético espectáculo político.
Pero afortunadamente, el Liverpool ha impedido que la final de la Champions League ofreciera un espectáculo lamentable en las gradas del Wanda Metropolitano. Los aficionados separatistas no podrán politizar el partido más visto del año en todo el planeta.