La muchedumbre enaltecida de la izquierda más radical se reunió desde primera hora de la tarde a las puertas del hotel donde Santiago Abascal y Ortega Lara -que le acompañaba ayer- se encontraban alojados en Murcia, para intentar boicotear el acto que VOX iba a celebrar allí. Eran varias decenas de personas, con banderas republicanas, comunistas y gays, y empezaron a corear frases como «aquí están los antifascistas», «os mataremos como en Paracuellos» o «no pasarán».
Dos extremistas detenidos
Durante el escrache y debido a la agresividad de los comunistas,ha habido enfrentamientos entre los cuerpos de seguridad y los manifestantes ilegales, debido a ello, la Policía Nacional ha tenido que desplegar a 50 antidisturbios para poder formar un cordón de seguridad. Además, han tenido que detener a dos varones, de nacionalidades española y colombiana, por un presunto delito de resistencia y atentado a la autoridad.
Lindezas de todo tipo
Es hora de reflexionar
La libertad de expresión no puede permitirnos dar carta blanca a todo lo que salga por la boca de cuatro podemitas ruidosos. Más aún, cuando la sociedad se encuentra hipersensibilizada con según que temas, sobre los cuales antes de hablar debes mirar de reojo que nadie los escuche, y luego nadie haga nada cuando a un funcionario que pasó por una pesadilla cuando le secuestraron le griten consignas como las de anoche.
Es hora de que pongamos límites a la izquierda. No todo vale en democracia, y la muerte no se le puede desear a nadie. Los radicales que anoche se juntaron en Murcia deberían avergonzarse de sus actos y reflexionar.
ESTOS SON PEORES QUE LOS NAZIS DEBERIAN SER DENUNCIADOS POR TALES INSULTOS Y ODIO A PERSONAS QUE SOLO QUIEREN EL BIEN DE SU PAIS.
Los radicales de extrema izquierda no reconocerán nunca que sus barbaridades dichas injustamente contra gente que ha sufrido el zarpazo del terrorismo sea considerado digno de tenerse en cuenta para reconocérselo como un bien y percibir que hayan sufrido tanto al ser maltratado en un zulo durante tanto tiempo; no tienen entrañas y no merecen ningún respeto de la buena gente.