No es una historia excesivamente conocida, pero en Polonia, tuvo un impacto brutal en la sociedad. Simon Pol, portador del VIH, tuvo sexo sin protección con más de 300 chicas polacas de 16 a 28 años, e infectó a más de ellas con VIH.
La gran mayoría de las afectadas fueron activistas en los movimientos de derechos humanos y proinmigración y antirracismo de Polonia.
Este inmigrante camerunés que recibió varios premios y reconocimientos como el premio ‘Antiracismo del año’ y el Oxfam Novib/PEN por la libertad de expresión, muy acusado por la Justicia polaca de contagiar el VIH voluntariamente.
En Polonia, su foto fue publicada y difundida con una advertencia epidemiológico, pero las asociaciones y organismos progres como MediaWatch, denunciaron esta medida acusando a Polonia de racismo institucional, incluso pidió una condena internacional.
Mol fue diagnosticado con el VIH antes de llegar a Europa y estaba infectando a las mujeres como una forma de venganza racial, o un extraño ritual mágico africano: curarse al pasar la enfermedad a otros. Este inmigrante camerunés defendía que su esperma era sagrado.
Muchas de las mujeres infectadas lo fueron durante su visita a Gdansk, en 2006, donde organizó el festival contra el racismo ‘Música contra la intolerancia y la violencia’. También infectó a varias mujeres en el «Salón de Varsovia», un círculo artístico y liberal. En uno de sus escritos, el propio Simon describió a estas niñas como: «niñas sensibles y adoradoras que creían que estaban cumpliendo con su deber de corrección política ayudando a los refugiados pobres».
Pero la realidad de este pseudoactivista fue muy diferente. Arruinó la vida a decenas de chicas jóvenes, confiadas y convencidas de que tenían que ayudar a Simon Mol.
Una de las jóvenes infectadas por Simon explicó: «Me fascinaron los activistas de derechos humanos que luchaban contra los estereotipos raciales. Pronto empezamos a encontrarnos, nos fuimos a la cama. No sospeché que él pudiera infectarme con el virus del VIH y menos aún, ocultarme que estaba infectado».
«También pensé que sospechar que estaba infectado equivaldría a dar paso a los estereotipos. Así hicimos el amor sin protección», continuó explicando.
El propio inspector de policía que estaba investigando su caso, un testigo confirmó que Mol no quería usar preservativos en sus actos sexuales. Una de las menores de edad perdió la virginidad con él, pero tras mantener varios encuentros sexuales, finalmente decidió dejar de quedar con él tras provocarle un desgarro anal al penetrarla con excesiva fuerza.
Finalmente Simon Mol murió el 10 de octubre de 2008 y lo hizo sin poder sentarse ante la Justicia y acusando de racistas a quienes le acusaban de propagar el VIH.
Este artículo ‘made my day’ LOL. Ahora esas progres amantes de pagapensiones, que aguanten su vela. La inmensa mayoría de los pagapensiones vienen infectados de muchas enfermedades, al proceder de zonas tropicales y al haber pésimos sistemas sanitarios en las cloacas de las que vienen. Eso es bien conocido, pero el sectarismo de esas progres y el no comerse un rosco sin pagar pudieron con el poco intelecto que les quedaba. Ellas no tomaron precauciones, se amancebaron con este tipejo, pues que acepten el sidazo como el karma que siempre llega a los malvados, jejeje.
Podian haber infectado a las dos alemanas del ‘barquito’ , las empleadas de Soros que se dedican a traerlos, a ver si aprenden de una puta vez.
Lo estoy leyendo y me estoy partiendo la caja. Primero, todas las polacas querían acostarse con el? Que envidia! Y luego a ver que hacéis ahora, no queríais integración? Pues ya os ha «integrado» disfrutad.
Les ha pasado por guarras y sectarias. ¡A disfrutar del sidazo!