El mercado laboral español comienza a mostrar signos de agotamiento, con un descenso del desempleo que ha ido ralentizándose durante los últimos doce meses. Sin embargo, las noticias referentes a las altas de autónomos son aún peores. A falta de la publicación de las cifras actualizadas en el segundo trimestre, los datos provisionales hasta abril muestran como en doce meses tan sólo se ha generado un balance positivo de 13.407 altas en el régimen especial de trabajadores autónomos.
Por contra, en el mismo periodo se han creado 583.493 puestos de trabajo por cuenta ajena. La diferencia es muy grande. Pero hay varias medidas que preocupan especialmente a los autónomos. Quizá sea la razón principal de este estancamiento en el número de cotizantes. Durante el último año las cotizaciones han vuelto a subir. A pesar de que llegó a plantearse un sistema proporcional para la cuota, no sólo se mantuvo finalmente el mínimo, sino que se amplió.
Si en 2018 la base mínima se situaba en 278,87 euros al mes, con el cambio de cálculo se ha establecido en 283,30 euros. Se han establecido algunas mejoras en las prestaciones en caso de cese de actividad o de baja médica, pero en términos generales las cosas siguen como estaban. De este modo, si un autónomo tiene un mes en el que factura 300 euros, deberá pagar los mismos 283 euros que uno que haya facturado 3.000 y esté cotizando en la base mínima, ya que nadie está controlando esto.
Lo que propicia esta desigualdad es la economía sumergida. Si el autónomo que factura 300 euros pudiese facturar la parte proporcional en cotizaciones, -como hace cualquier trabajador por cuenta ajena-, habría muchas más altas en el sistema, y veríamos a muchos parados lanzándose al mundo empresarial, porque tampoco pondrían en riesgo su patrimonio. De este modo se fomenta la reticencia a emprender y el trabajo por cuenta ajena. Hay ayudas para autónomos con una cuota fija de 60 euros durante el primer año, pero en muchos casos no es suficiente, y ya partes de una cantidad que exige unos ciertos beneficios para ser rentable.
Sin duda es una mala noticia que España no copie sistemas como el de Reino Unido, donde si que es posible que cualquiera se aventure en una experiencia profesional. Al fin y al cabo, con el paso de los años, esas personas podrían llegar a cotizar cantidades superiores a la base mínima y todos saldrían ganando.