Mientras la gran mayoría de países de la Unión Europea defienden la llegada de inmigrantes ilegales como solución a la baja natalidad existente e incluso a los problemas de despoblación en ciertas zonas, como el interior de España, Hungría vive un auténtico ‘baby boom’.
El país presidido por Viktor Orbán ha conseguido tener la natalidad más alta en los últimos 20 años, confirmando que las políticas en pro de la natalidad tienen su efecto, unas políticas que por ejemplo, en España, los progres prefieren no aplicar, dando pie al aborto, a la llegada masiva de inmigrantes ilegales y a la imposibilidad de formar familias numerosas.
Desde que Viktor Orbán llegó al poder, se han iniciado diversos programas a favor de las familias. Esto ha provocado que el matrimonio haya aumentado un 43% desde 2010, mientras que los divorcios se han reducido en un 22,5%. También están cayendo en picado el número de abortos. Este cambio demográfico no es suerte, sino el fruto de programas que tratan de favorecer el matrimonio y la familia.
Katalin Novak, ministra de la Familia de Hungría ha reconocido que el objetivo de su Gobierno «era construir un país familiar y fortalecer a esas familias que quieren criar niños».
Por su parte, Viktor Orbán, presidente de Hungría, ha asegurado: «Vivimos en tiempos en que cada vez nacen menos niños en toda Europa. La gente en Occidente está respondiendo a esto con la inmigración». «Los húngaros ven esto bajo una luz diferente. No necesitamos números, sino niños húngaros».
Las ayudas que reciben las familias en Hungría
En Hungría las familias tienen numerosas ventajas: un sistema tributario favorable, un programa de vivienda, ayudas económicas y diferentes ventajas que se traducen en unos datos que el resto de países europeos deberían envidiar.
A eso hay que sumar que partir del 1 de julio, las familias húngaras podrán disfrutar de ayudas de hasta 3.000 euros por segundo hijo y de 12.000 euros por tercer hijo. Además tendrán descuentos importantes en la compra de vehículos familiares y en guarderías.