Mariano Rajoy contaba en su Gobierno con 217 altos cargos. La llegada de Pedro Sánchez ha aumentado esa cifra hasta los 244. La reorganización llevada a cabo por el ejecutivo socialista no solo ha aumentado los ministerios, que han pasado de los 13 de Rajoy a los 17 de Sánchez. También han aumentado las direcciones generales (de 129 a 148), las subsecretarías (de 42 a 48), y las secretarías generales (de 17 a 19).
Todo este dispendio ha disparado los costes en un 15,9%, o hablando en euros, 4.365.000 euros más al año. En los diferentes ministerios es donde más se notó la duplicidad de nombramientos, con un aumento del gasto de 3.436.860 euros. Los altos cargos aumentaron ligeramente también la cifra, pero todo el aumento de ministros tan solo ha acentuado un problema que parece evidente.
Los gastos en salarios forman una pequeña partida del total del gasto en infraestructura y servicios de cada ministerio. De modo que el hecho de aumentar el número no ha demostrado en ningún caso ser un indicador de una mejora de calidad en el trabajo de cada uno, sino contrariamente un aumento de la burocracia al tener que pasar cada papel por más manos.
Uniendo estos datos con el aumento del 2,5% en el salario de todos los políticos anunciado hoy junto a la subida del SMI, podemos comprender que el problema es notable. Sin duda es necesaria una actuación rápida por parte del poder ejecutivo para que el gasto deje de aumentar a este ritmo, o al menos, volver a una economía de ministerios y altos cargos como venía realizando Rajoy hasta junio.