Durante la pasada legislatura, Pedro Sánchez ya intentó eliminar el veto del Senado sobre el objetivo de déficit, sin embargo, las elecciones truncaron sus planes. Si su investidura tiene lugar en Septiembre, una de las prioridades socialistas será terminar de una vez con ese poder de veto, a través de una proposición de ley.
A pesar de que los socialistas tienen mayoría en la Cámara Alta, el objetivo es poder agilizar los procesos de compra de deuda, de modo que resulte más sencillo para su ejecutivo realizar cambios en los objetivos de déficit estatales.
Además, blindan de este modo un posible cambio electoral en un futuro. Cada vez toma más fuerza la opción de que PP y Ciudadanos puedan concurrir de manera conjunta en unas futuras elecciones, de modo que serían fuerza más votada en una gran cantidad de provincias y podrían controlar el Senado.
Con esta operación, lo que Sánchez quiere garantizarse, es el control de las cuentas a pesar de que su partido no obtenga apoyos suficientes en el Senado. Así la Cámara Alta pasaría a una función prácticamente representativa que no podría incomodarle. Algo parecido a lo que Nicolás Maduro está llevando a cabo en Venezuela.