La tolerancia de izquierdas ha vuelto a hacer acto de presencia. El hecho de que Santiago Abascal y VOX hayan celebrado un acto en el conocido Teatro Barceló ha provocado la ira del sector más radical de los colectivos homosexuales. Esta es la razón por la que estos grupos y diputados podemitas quieren de alguna manera perjudicar a los dueños del local.
Mediante la red social Twitter, varios representantes de estos colectivos han echado en cara a los propietarios que se haya permitido la celebración de «Cañas por España», y para mostrar su repulsa han programado un plantón a un acto llamado «Tanga Party» -una celebración para homosexuales que se programa cada mes-.
Eduardo Fernández Rubiño, diputado de Podemos en la Asamblea de Madrid, y miembro de la candidatura de Íñigo Errejón, ha usado también su red social para comunicar que él tampoco formará parte de la fiesta, por considerar «hipócrita poner la alfombra roja a las juventudes homófobas y al día siguiente hacer caja con las personas LGTBi».
El hecho de recibir dinero de Venezuela mientras su pueblo muere de hambre no se considera hipócrita en las filas de su partido, sino él ya habría dimitido de su cargo. Otro que ha querido dejar clara su ignorancia en lo relativo a los negocios ha sido Rubén Serrano, periodista y tuitero, conocido en el ambiente homosexual, que ha pedido que haya «tolerancia 0» contra el Teatro Barceló. «No vayamos nunca más al Teatro Barceló».
Después de toda la polémica, los organizadores de la Tanga Party han decidido dar marcha atrás a la fiesta, y este mes se quedarán sin ella. Sin duda, una respuesta muy triste después de que lo único que haya hecho el local ha sido ceder sus instalaciones, tal como puede hacer cualquier otro. ¿Volverá Podemos a Vistalegre o después de que VOX lo haya mancillado no volverán por allí?. Seguramente no vuelvan, pero para no hacer el ridículo y dejar medio Palacio vacío.