Los golpistas catalanes urdieron un intrincado plan para prohibir en la «República» un gran número de cosas que no les gustaban. El objetivo era prohibir los partidos políticos que fuesen contra el Gobierno golpista, además de crear una unidad que luchase contra el «españolismo violento». Todo esto aparece reflejado en un informe que le ha sido entregado al juez por la Guardia Civil.
En los primeros ensayos de la Constitución catalana se podían leer cosas como «se permitirá la existencia de todo tipo de participación política siempre y cuando su programa electoral no vaya contra la existencia de Cataluña como Estado ni contra esta Constitución«. Además, planeaban expulsar de Cataluña a todos los que no fuesen ciudadanos catalanes, y daban seis meses a todos los ciudadanos para cambiar su nacionalidad. A todos aquellos funcionarios que no obtuvieran la nacionalidad catalana, se les despediría de sus cargos.
En otro de los puntos, puede leerse que tanto Guardias Civiles como militares no podrían acogerse a la nacionalidad catalana, y el Gobierno golpista crearía su propio ejército formado por catalanes. «Para ser aceptado como Estado hay que ser capaz de garantizar la seguridad de las personas y el control del territorio».
Por último, en el documento incautado a Santiago Vidal, se vuelve a poner sobre la mesa el adoctrinamiento, al hablar de la enseñanza en Cataluña como un «vehículo de socialización política y de cohesión social» además de «los medios de comunicación y otros espacios públicos compartidos y la vivencia de los símbolos nacionales, fortalezcan vínculos, lealtad y el sentimiento de pertenencia al nuevo Estado».