Fue en 2013 cuando Usman A., un inmigrante paquistaní que era el responsable de dirigir una tienda de telefonía en Barcelona entre marzo y abril de dicho año, en la localidad barcelonesa del Prat de Llobregat, abusó sexualmente de un niño de 11 años.
Según informa el portal ‘El Caso’, un niño de solamente once años entró a la tienda para informarse de la venta de teléfonos móviles, a lo que el paquistaní le respondió que se pasara más tarde, cuando la tienda estaba tranquila.
El niño regresó a las nueve menos cuarto y en ese momento, Usman le invitó a pasar a la trastienda. Cuando ambos salieron, el niño estaba paralizado del miedo. ¿El motivo? Había sufrido un abuso sexual.
La Audiencia Provincial de Barcelona juzga esta semana el suceso y la fiscalía pide para él una pena de diez años de prisión, además de exigir que pague una compensación económica de 10.000€ a la víctima.
Los hechos ocurrieron en la trastienda del local. Allí, supuestamente Usman le dijo al niño que mirara un vídeo pornográfico que se estaba reproduciendo en el móvil mientras él le bajó los pantalones y le penetró analmente. Posteriormente, el imputado cogió el pene del niño y empezó a masturbarse hasta eyacular en su propia mano, enseñándoselo al menor.
El joven tuvo secuelas psicológicas, autoculpándose de lo que ocurrió al no haber podido evitar el abuso.
menos que pòr la chupapollas .
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