El hundimiento de Podemos a nivel autonómico y municipal es una realidad. La formación de extrema izquierda perdió más de 800.000 votos en toda España, dejándose por el camino 70 diputados autonómicos.
En la mayoría de las principales ciudades de España, Podemos ha perdido decenas de miles de votos, siendo Valencia la ciudad que más ha mostrado su rechazo a Podemos, provocando al partido de Pablo Iglesias una caída del 73% de los votos.
En Valencia, la formación morada no tendrá ninguna representación, algo que por ejemplo sí ha conseguido VOX, que estará presente con dos concejales.
También destaca la caída de Podemos en ciudades como Burgos (71%), Castellón (64%), Badajoz (63%) y Alicante (56%).
Estos resultados que se han dado en Valencia y en el resto de España ha provocado que las bases de Podemos hayan mostrado su malestar con Pablo Iglesias. El secretario general del partido tardó 12 horas en reaccionar a estos pésimos resultados y en su comparecencia, si limitó a decir que hay que «hacer autocrítica», una autocrítica que ha mencionado en numerosas ocasiones pero que parece no hacer.
Pablo Iglesias e Irene Montero quieren seguir controlando Podemos. Aseguran que su futuro está en manos de las bases del partido, pero la realidad es bien distinta. Ambos controlan Podemos prácticamente al cien por cien y solamente se irán cuando ellos quieran.